Por Víctor Manuel Barceló R.
En unas semanas se reunirán los alcaldes del sur-sureste del país, para precisar conceptos con relación al agua. Buscarán soluciones, tanto a los excesos de su presencia en inundaciones y otras calamidades, como en momentos de escasez, grave por las sequías, que asolan muchos rincones del territorio de estados y municipios.
En la historia humana el agua es elemento sustancial para su vida y desarrollo. Por su uso y control se sufren guerras, enfrentamientos entre pueblos y comunidades. Es, con seguridad, el recurso natural más cercano a la vida toda del planeta Tierra. Quienes lo poseen en suficiencia o exceso, a veces no saben como preservarlo. Aquellos que carecen del líquido elemento, sufren catástrofes, desolación y muerte. La región sur-sureste de México, posee la mayor riqueza en recursos hídricos del país. Dos tercios del agua que corre superficialmente por su territorio, termina en el mar, generalmente con altos niveles de contaminación.
Esa pérdida debe concluir, no solo para cubrir la demanda regional, sino para ofrecer agua limpia, al resto del país. Esto es factible, dado el alto costo de manejo y preparación que adquiere para consumo humano y la existencia de tecnologías para tal hecho. Uno de los pasos fundamentales que debieran ser considerados, es el de la coordinación intergubernamental. Los organismos del agua federales, estatales y municipales poseen una larga historia y conocen de muchos mecanismos para resolver los requerimientos de agua y su preservación, tanto para las actividades agropecuarias como para el delicado consumo humano.
Están, por tanto, obligados a trabajar en plena solidaridad. Si el municipio es fuente del poder, también es ámbito de mayor contacto con problemas en general de la población, en especial, los relacionados con el agua. Allí es necesaria una atención particular, para conseguir y aplicar recursos, de todo tipo, a la solución de problemas hídricos, actuales y futuros de las alcaldías. Hay proyectos específicos para lograr el mejor uso del agua, o para atender las sequías, que terminan en muerte de animales, afectación del medio ambiente, enfermedades y epidemias. existen experiencias de éxito. Su aplicación no es tarea solitaria de la autoridad, o nos involucramos toda la sociedad o las soluciones se irán posponiendo.
Junto a la definición de estrategias para el mejor uso del agua que corre o se asienta en cuerpos de agua, inscritos en los territorios municipales, hay otras preocupaciones que pueden ser materia de atención, en esa reunión de alcaldes que se realizará en Villahermosa Tabasco, a fines de abril próximo. La de mayor resonancia tiene que ver con la preservación de la soberanía, sobre el elemento de elementos, como es el agua.
Con preocupación se aprecia como se aplica un párrafo, del Art. 27 Constitucional, que da potestad al Presidente de la República para otorgar concesiones –“…la explotación, el uso o el aprovechamiento de los recursos…por los particulares o por sociedades constituidas conforme a las leyes mexicanas, no podrán realizarse sino mediante concesiones, otorgadas por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes”-. En su base, por diversos rumbos del territorio nacional existen cuerpos de agua que solo podrán ser explotados, por compañías y personeros, que obtuvieron concesiones en el inmediato pasado. Es y será un gran negocio –ya lo realizan las embotelladoras transnacionales- para quienes obtuvieron las concesiones, que pueden ser revisadas para bien de todos.
El asunto de la privatización de los recursos naturales, choca, en fondo y forma, con el pensamiento generalizado de los mexicanos, además de que está en contra de la Constitución Política de México. Este cúmulo de concesiones se considera un primer paso, a la entrega de nuestro recursos hídricos, al control privado, con los problemas que ya son de dominio público. Será un tema candente siempre. Veamos que opinan los presidentes municipales de tan vital asunto.
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